Cereza

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lunes, 20 de septiembre de 2010

Como supe que era El...

Esa búsqueda Secreta de mi Dueño me llevo a comentarlo con una amiga muy Especial, me dio una dirección de Hotmail, y me dijo búscalo quizá El te puede gustar… Yo no tarde mas de 10 segundos en enviarle una invitación por Messenger muy simple, pero clara, el mensaje fue --AMO?... sumisa--

Esa misma tarde tuvimos nuestra primer plática en la cual me preguntaba de mis necesidades, de mis inquietudes, mi motivación. Desde un inicio fui honesta, dije que buscaba que prefería si ser una sumisa o una AMA, pero siempre con una claridad de mi tendencia a ser sumisa. Platicamos en varias ocasiones, curiosamente siempre me avisaba que horas estaría en línea para cuando tuviera tiempo, platicamos muchos días hasta que creyó era tiempo de tener nuestro primer encuentro; me cito en una conocida Plaza del rumbo, muy cerca de su casa, pero me aclaro iríamos a un terreno neutral, un motel, para que me sintiera mas cómoda, seria dos días después de esa platica, un sábado, temprano 9 de la mañana y claro me dio una serie de detalles para el día.

Una noche antes, el viernes, yo me encontraba de lo mas nerviosa, pensaba en que seria de mi esa primera vez, en mi mente estaban sus palabras –nuestra primer sesión será la menos buena, mejoraran cada vez- no dormí mas allá de un par de horas, a las 6 de la mañana de ese sábado me di un baño, cuidadosamente limpie cada parte de mi piel, y con detenimiento mis partes internas también recibieron higiene adecuada, fui meticulosa, tengo años sin dejar vello pubico así que no fue problema cumplir con esa petición; al salir me vestí con la minifalda negra y una blusa blanca de botones.

No use ropa interior, al salir de casa me cubrían solo esas dos prendas y un par de zapatos negros, mi pelo recogido en un moño y unas gotas de perfume, tome un taxi y fui a su encuentro.

Al cruzar la plaza me temblaban las piernas, pero en mi rostro no dejaba de estar una sonrisa en mis labios rojos, vi como se acercaba a mi revisando el detalle de la vestimenta, cuando por fin lo tuve en frente dijo buenos días y me tomo del cuello dándome uno de los besos mas apasionados que yo haya tenido hasta entonces, sentí como su lengua se introducía en mi boca y jugaba con la mía, su otra mano ya hurgaba debajo de mi falda comprobando la ausencia de ropa interior, de alejo un poco y dijo –bien putita-.

Me tomo del brazo y me llevo al café preguntando que quería, elegí un pastel de queso y un café expresso sin azúcar, me llevo a una mesita donde nos podían ver de cualquier lado, se sentó a mi lado y abrió mis piernas metiendo de nuevo la mano, jugando con mi interior, no pude decir NO, no quería decir NO, solo abrí mas las piernas cosa que lo hizo sonreír, termine mi pastel entre platica, caminamos hacia el estacionamiento, caballerosamente me abrió la puerta, al tiempo que yo me sentaba el sacaba su miembro erecto y me ordenaba comerlo, obedecí abriendo mi boca introdujo su miembro lentamente, disfrutaba de la humedad y calidez que mi boca le ofrecía, duro así solo unos minutos en los que aproveche para conocer su textura y sabor, salio de mi y cerro la puerta, subió al coche y partimos hacia el motel, en el camino siguió tocándome mi entrepierna y esporádicamente metía su mano dentro de mi blusa apretándome los senos, fueron eternos los pocos minutos que tardamos en llegar al motel, yo ya estaba húmeda, deseosa de ser poseída.

Llegamos al motel y me ordeno subir, mientras tanto pagaba y sacaba de su auto lo que llamo “La Maletita del Terror”, cuando me encontró en el cuarto me besaba y apretaba llevándome a la cama, estando al pie de esta me aventó con fuerza a ella, caí de espaldas casi sin aliento por la excitación, fue cuando subió con rudeza mi falda y comió de mi entre mordidas y lamidas, mi excitación era tal que tuve mi primer orgasmo, El se dio cuenta de inmediato y se retiro.

Estando parado junto a la cama pregunto quien me había dado autorización de tener un orgasmo, no supe que decir, solo pude bajar mi mirada y decir lo siento, El rió y dijo, si lo sentirás, en ese momento saco un collar que puso a mi cuello, después una cuerda gruesa que uso para amarrar mis piernas dobladas cruzándolo después por los aros del collar obligándome a casi juntar las rodillas con mis senos, me coloco un antifaz y me dejo ahí en la cama por unos minutos, yo solo escuchaba como se abrían y cerraban cierres, vibraciones, mi piel se erizaba por la expectativa, pero fue cuando escuche el tronar de un latigo en la cama cuando empecé a sudar, mi respiración se agito y mi corazón casi salía huyendo, pero mi excitación fue mas intensa y me obligo a callar, fue entonces cuando sentí en mi espalda el primer golpe con el látigo, -cuéntalos- ordenó casi en un grito --uno, dos, tres-- seguí hasta el numero 30 y mi voz se quebraba, se detuvo…No vuelvas a tener otro sin permiso— respondí solo con un si Señor.

Fue cuando se acerco a mi y busco con sus dedos en mi interior, encontró mas humedad, entro en mi de un solo golpe, sentí como abrió mi carne, no tuve tiempo ni de gritar cuando salía y lo hacia de nuevo, fue delicioso el sentir su miembro erecto hurgando dentro de mi, y tuve la necesidad de preguntar si podía tener otro orgasmo, bastó con que dijera –vente putita- para que yo me viniera de tal forma que lo saque de dentro de mi, pero El entro con mas ganas disfrutando de cómo lo apretaba, me dio un par de nalgadas mas y se retiro después de unos momentos para quitarme la cuerda que apretaba mis piernas, fue entonces cuando me puso de frente y mordió mis senos, me levanto para terminar de desvestirme, me tiro de nuevo a la cama y se coloco frente ami abriendo mis piernas como un compás y entro de nuevo en mi, fue una embestida tras otra la que me hizo pedir de nuevo permiso, fue autorizado, mi espalda se arqueo con ese orgasmo mi respiración estaba incontrolable, salieron lagrimas de mis ojos. El tampoco se contuvo y se vino justo después de mi, sentí como mi interior se contraía apresando su miembro, impidiendo se saliera y El solo decía –así, que rica, así- justo después de terminar se dejo caer a mi lado, me busco y abrazo a su pecho dándome otro beso tan largo que me dejo sin aliento, fue excelente.

Después de unos minutos para calmar nuestras palpitaciones y la respiración me pregunto como me sentía, yo solo pude ver sus ojos y sonreír, me beso de nuevo diciendo que si nuestra primer sesión fue así, no esperara mucho para saber como serán las siguientes…Yo… yo solo supe que estaba en el lugar correcto, con la persona adecuada, mi pensamiento estaba en eso cuando lo escuche decir –Me tarde pero te encontré--

1 comentario:

  1. Hermosa perrita,

    Me encaaaaaaaanta lo que escribes y como lo haces. Estuvo delicioso ;)

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