Cereza

Cereza

jueves, 4 de noviembre de 2010

Con Vara y Cadenas...

Hace dos sesiones,  cuando me estaba manipulando mi clítoris, hubo un momento que no pude resistirme y me retire, me regaño e incluso recibí un castigo, terminamos aquella sesión ni mas problemas.

Esta ultima ves que lo vi me dijo con una sonrisa muy extraña –Tengo algo especial para ti—

Todo el camino  a su casa fue inquietantemente silencioso, solo en dos ocasiones puso su mano en mi pierna desnuda para acariciarla delicadamente, confesaré que lo sentí sumamente calido, muy agradable, pero algo me decía, una sensación más visceral, me decia viviria algo mas que esa calidez, me senti muy inquieta.

Llegamos a su casa y me ordeno que me desnudara, igual que en otras ocasiones lo hice sin perder tiempo, el mientras tanto se iba a su cuarto y regresaba con una mascara negra, si, aquella mascara que en alguna otra ocasión me coloco.

-Ven putita, no quiero que veas lo que haré, solo lo sentirás—

Me puso la mascara y me llevo a su cuarto, a tientas me acosté en la cama, midiendo un poco con las manos intente colocarme en medio, entonces escuche un golpe seco en el piso, era un palo de madera que caía, después un sonido metálico, eran cadenas que arrastraba y ponía a un lado mío.  Se acerco a mi y me ordeno levantara la cabeza, una cadena gruesa era colocada en mi cuello dándole vuelta, estaba fría… Después esa misma cadena era pasada por mis brazos y la dejo caer a un costado mío –Dobla las piernas—Inmediatamente las doble, entonces sentí el palo ese en mi pierna y escuche como jalaba una cinta que uso para detenerlo en ese lugar, hizo lo mismo con la otra pierna, me tenia sujeta a esa vara, no podía mover mis piernas, ni cerrarlas ni abrirlas mas, después termino de acomodar la cadena alrededor de mis brazos y la atoro en la vara, apretaba mi cuello, no podía moverla sin sentir que me asfixiaba, lo entendí en ese momento, me estaba castigando por la vez que me quite.

-Intenta moverte y lo lamentaras Putita—

Me puse nerviosa, comencé a sudar… destapo el lubricante y lo dejo caer en mi entrepierna, lo sentí rico, pero después de un rato comenzó a calentarse, era un tibio muy agradable. Escuche como se retiraba, salía del cuarto y a los minutos regreso, Yo estaba desconcertada, no sabia lo que hacia, entonces sentí el calor de la cera que después me di cuenta provenía de un pequeño cuenco de cristal, caía en mis senos, en todo mi abdomen, era demasiado rápido como para poder concentrarme en no sentir…Me retorcía pero al moverme mi cuello se apretaba con las cadenas, no sabia que era peor si el calor de la cera en mi o la falta de aire, no pude mas, de mi boca salio un grito  que pedía parara por favor, la cera dejo de caer, no me moví mas, trate de recobrar el aire cuando sentía su mano recorrer mi pecho, la cera aun estaba liquida, con sus dedos la termino de repartir, sentía como lentamente se acercaban sus dedos llenos de cera caliente a mi clítoris, solo pude decir muy quedamente –-no, no, no--…

--Que? A mi nunca me dices NO, tienes prohibida esa palabra Puta—

Fué lo que escuche antes de sentir unas gotas de cera caer en mi área genital, era demasiado caliente, el lubricante que puso antes se encargo de sensibilizar la zona por lo que solo tres gotas bastaron para que yo gritara suplicando su perdón ante mi osadía, fue cuando sentí su lengua que enfriaba la cera de mi clítoris, y que la quitaba con cuidado, El seguía acariciándome con su lengua, chupaba y jalaba con cuidado mis pliegues vaginales, era una total delicia el sentir como frotaba su lengua contra mi, ya había olvidado por completo el dolor que había sentido, El sabia que yo lo disfrutaba ya que de mi salían sonidos demostrando el placer, la satisfacción…

--Le esta gustando a mi perrita, que bueno, pues vamos a hacer que le guste mas…

Metió en mi dos dedos y los movía abriendo mi interior, seguía chupando mi clítoris, mordisqueándolo mientras metía otro dedo y otro mas, ya eran 4 los dedos dentro de mi, sentía como incrementaba mi calor corporal, mi cara ya sudaba, sentía que las gotas de sudor deslizándose por mi frente cayendo a mi cabello, sabia lo que pasaría, era cuestión de nada para que metiera de nuevo toda su mano dentro de mi, el nerviosismo crecía ya que sé que no puedo controlarme cuando hace eso, me muevo demasiado, el dolor y el placer son tantos que no se que pasaría en esta ocasión con las cadenas rodeándome el cuello… El seguía jalando mi clítoris con sus labios, sin dejar de mover sus dedos dentro de mi, sobrevino sin avisar un orgasmo que me hico tener espasmos en mi cuerpo.

–Mójame puta, mójame—

Yo gritaba mientras de mi  salía un liquido mostrando había tenido un orgasmo, apreté sus dedos dentro de mi y el reía satisfecho de lo que veía

–Así putita apriétame los dedos--

Unos momentos después deje de apretarlo, había pasado mí orgasmo…

 –No, No es todo, quiero más—

Dijo eso al momento que metía su mano completa dentro de mi, no pude resistirlo, la sola sensación de cómo iba entrando, abriéndome, era dolorosamente delicioso, grite sin pensar en que el ruido podía alterar a los vecinos, no me importaba era intenso… Dejo de moverla, se quedo quieto, demasiado quieto, entonces sentí el calor de su aliento acercándose a mi clítoris, que ya estaba muy sensible, lo tomo delicadamente entre sus labios y al toque de su lengua comenzó a moverla haciéndome tener espasmos en mi cadera, cada espasmo me obligaba a moverme y la cadena de mi cuello apretaba mas y mas, causando una leve asfixia… Apretaba su mano dentro  de mi en cada espasmo, la sentía como una enorme piedra y comenzaba a girarla,  fue cuando tuve una eyaculación tras otra, salía de mi liquido y al mismo tiempo tenia otro orgasmo mas por la sensación causada en mi clítoris, me estaba llevando mas allá de todo  sentido... el Placer y el Dolor... el Dolor y el Placer… No se describir la manera en que mi cuerpo se entumía con un goce, como sentía una oleada caliente desde mi interior hacia mi piel, es difícil el describirlo, va mas allá del placer mismo, entonces saco su mano de un solo golpe, salio de mi mas liquido… quito la mascara, no pude abrir los ojos de inmediato, Mi Señor me beso la frente, las mejillas, los labios… respondí ese beso que me revivió, abri los ojos y al verlos húmedos por las lagrimas me dijo

--Es hermoso el ver como pierdes el control de tu cuerpo dejándomelo a MI—

 
Sonreí dándole la razón, me quitaba el amarre de las cadenas a esa Vara dejándome mi cuello y brazos en libertad, los deje caer pesadamente, busque a mi Señor con la mirada, logre ver como  tomaba su látigo de varias colas, me miro y sonriendo dijo

 --Es momento de quitarte la Cera Putita--

 Comenzó a girar su muñeca haciendo que las puntas del látigo giraran igual, entonces lo acerco a mi pecho y solo con el toque de las puntas me quitaba la cera, el roce del látigo dejaba pequeñas marcas en mi piel ya sensible por la cera, comenzaban a sobresalir como pequeños bordes rosas, continuo hasta que quito la mayor cantidad posible, después poco a poco paso su mano diciendo lo rico que se sentía la piel.

--Mira que hermoso y rico se siente, Dame tu mano Puta--

La paso por esos bordes y si aparte de sentirlos calientes era curiosa la sensación en mis dedos. Tomo un frasco de gel para estas situaciones y me vacío un poco en mi pecho, me acariciaba, me consentía dándome un masaje. No se como agradecer al destino haberme puesto en su camino.






4 comentarios:

  1. Delicioso como simpre cerecita... solo te faltó comentarles la forma en que me gusta quitarte la cera, que aparte me da mucho placer. Así que hoy tendré que recordártela para que la tengas muy presente... sí, hoy volveré a usar cera en tu cuerpo pero de una forma diferente y podrás verlo aunque usarás la mordaza de bola...

    Por otro lado, te recuerdo que hace una semana cuando fuiste una perra especialmente sucia, te encargué que me escribieras con lujo de detalle lo que sentiste y pensaste... y aún no he leído nada. Tal vez ya lo olvidste y necesitas volverlo a vivir para recordarlo...

    Besos negros

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  2. Mi Señor:

    Perdóneme Señor, en este momento adjunto la parte del látigo en la cera y por lo de la vez que fui sucia, lo tengo escrito en el diario privado, no pensé en subirlo aquí, creí que solo se lo mostraría a Usted.

    Merezco el correctivo.

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  3. Excelente post Cereza, como siempre sabes como hacer que los lectores se sientan como si estuvieran ahí.
    Nos haces meternos y desear esas situaciones.

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  4. Gracias Indra y Javier, es un placer para mi el compartir, y el que además les guste es un gusto extra. Un beso.

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