Cereza

Cereza

martes, 26 de octubre de 2010

Sabado, de día...

Desperté cerca de la Una de la tarde, en realidad mi estomago me despertó, tenia hambre, salí del cuarto y vi a mi Señor a medio vestir en la sala, junto a Ella…

--Buenos días, despertó la perrita, querrás desayunar?—

Asentí, le comente como mi estomago me había despertado, entonces fui a la cocina y calenté algo de lo que me trajeron para la cena de la noche anterior, comí despacio disfrutando cada bocado de esa deliciosa papa bañada en mantequilla, mientras ellos siguieron platicando en la sala, acostados…

Termine de desayunar y fui a su lado, Mi Señor me indico me pusiera de espaldas, escuche como se besaban, pareciera que esperaban que me pusiera a su lado para comenzar a hacerlo, de pronto sentí la mano de mi Señor apretando mis nalgas y recibí un golpe en ellas, y otro mas, y otro, entonces se levanto y me pidió mis manos, puso de nuevo las muñequeras y me llevo a la habitación, me coloco de frente con las piernas abiertas y las manos estiradas a la orilla de la cama –no te muevas— fue lo único que escuche, después de unos minutos llego con Ella, le daba un par de nalgadas y le ordenaba que me metiera un consolador en mi Vagina 
               –Dale duro, que se venga la perra—

Ella lo metió en mi sin delicadeza y lo meneaba fuertemente  –mas, dale duro— siguió ordenando mi Señor, yo sentía como entraba topando en el fondo de mi interior, era doloroso y excitante a la vez, lo estaba disfrutando y de pronto escuche como la nalgueaba, y le ordenaba que  abriera las piernas, escuche como abría el condón y  insistía en que me diera Duro con el consolador, entonces se metió en Ella, escuche como se quejaba deliciosamente al ser penetrada por mi Señor, sentí que venia mi Orgasmo al escucharla gemir de placer, y claro, pregunte si podría tenerlo y me dijo que si, me vine deliciosamente con ayuda de Ella.

Después mi Señor ordeno me quitara de la cama y Ella se puso en medio, me dijo mi Señor la atara a la cabecera, coloque entonces un lazo através de sus esposas y la deje atada con las manos hacia arriba, sus pies los ate igual abriéndolos en compás sobre la cama, dejando su entrepierna al descubierto, le cubrió sus ojos con un antifaz, me dijo

–Hazla que se venga, cométela—

Entonces me baje y pase mi lengua por su pubis, toque solo un poco y encontré su abertura mojada en sus propios jugos, busque su clítoris con mis dedos y lo aprisione, lo manipulaba con rapidez mientras metía uno de los juguetes que tenia mi Señor en la cama, lo deje dentro y lo hice vibrar mientras seguía apretando y jugando con su clítoris, entonces vi cuando de Ella salía un liquido blanquecino mientras se retorcía de placer, gire mi cabeza para buscar a mi Señor y mostrarle que si obedecí; El traía en su mano una Vela delgada color naranja, la encendía y volteaba para que se derritiera con mayor facilidad, las gotas empezaron a caer en su pecho, ella seguía retorciéndose pero ahora de dolor –No, no, es mucho—mi Señor reía y decía que no tenia que quejarse si Ella misma las había llevado para su uso, solo el le daba gusto, y seguía dejando caer esas gotas en su pecho, su pezón estaba rojo, Yo solo miraba como le hacia daño, sus ojos estaban a punto del llanto fue cuando intercedí y pedí a mi Señor por favor dejara de hacerlo

--Ya no quieres que sufra, cúbrela con tu cuerpo perrita—

Subí a la cama y la cubrí, mi pecho tocaba el suyo, ese Bello pecho que ahora estaba entre rosa y naranja, y sentí la primer gota de cera, comprendí su dolor, era horriblemente caliente, las gotas penetraban en la piel, si en mi espalda era doloroso en la delgada piel de sus pechos seria insoportable, no me queje, mi Señor no duro mucho dejando caer esas gotas cuando me pidió me quitara de encima de ella, entonces tomo el fuete y comenzó a retirarle la cera de su pecho con pequeños golpes, y me grito

–Sigue tocándola, haz que se venga de nuevo--  

Volví a mover el vibrador y seguí metiéndolo y sacándolo, ella intentaba por lo posible desatarse de sus manos, era imposible, entonces se vino de nuevo,  le mostré a mi Señor y el sonriendo me dijo que la dejara ya descansar, estaba por quitarle los amarres de las piernas y me dijo que no, que la dejara así, solo la cubrió con una cobija, abrió la ventana y ordeno que me vistiera, tenia ganas de un café, salimos a la plaza de nuevo, tardamos poco mas de una hora en regresar, cuando la busco en el cuarto la escucho como dormía placidamente en la misma posición, la había vencido el cansancio, nos regresamos a la sala y me desvistió y me quede parada en la orilla del mueble, se desvistió y se acostó, me ordeno lo comiera, me coloque en posición invertida a el y metí su miembro firme dentro de mi boca, el comía de mi, confesaré, en esa ocasión no puse mucha atención a su lengua, mi interés estaba en su miembro que permanecía firma a mi boca... Lo lamí, lo chupe, succione hasta que sentí como emanaba un liquido caliente dentro de mi boca, era delicioso el saborearlo, su Semen nunca me dio asco, y esa vez menos aun, era para mi un placer el saber que podía hacerlo disfrutar de esa manera.

Entonces ordeno me volteara para abrazarme, lo hice de inmediato, me acomode en su pecho y escuchaba su corazón con cuidado, no supe a que hora me quede dormida, de pronto sentí que se levantaba diciéndome era hora de arreglarnos para ir a comer-cenar, y que iría a despertarla a Ella, entonces me di un baño en lo que El estaba en el cuarto.





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